Orientalis, el caftán de Psophía pintado por Andrea Zarraluqui
La firma española de moda femenina Psophía presenta Orientalis, la primera prenda que surge de la colaboración con la artista Andrea Zarraluqui. La pintora de platos utiliza una de las piezas icono de la marca como es el caftán, para dar rienda suelta al exotismo que tiñe la colección de verano. La acción se encuadra dentro de ‘Musas’, una iniciativa de la marca que busca la contribución creativa de artistas y artesanos.
A Andrea Zarraluqui, pintora de platos de porcelana, y a la directora creativa y socia fundadora de Psophía Paloma Vázquez de Castro, les unen muchas cosas; una de ellas, su amor por las plantas, las flores y los jardines, punto de partida de tantas de sus inspiraciones. ¿Cómo no plantear una colaboración dentro de la acción Musas como ya hizo en la colección otoño-invierno con Carolina Spencer (Matagalan Plantae)? En aquella ocasión la idea se materializó en bodegones florales adornados con prendas de Psophía. A la colaboración se la llamó Plantis Poetica.
En este caso la prenda es un caftán, una pieza eterna como eterna es la promesa de amor y amistad que simboliza la madreselva o lonicera, especie floral con propiedades ornamentales, medicinales y de cuidado del medio ambiente que Zarraluqui ha representado de manera fiel en Orientalis. Porque si de manera habitual la artista utiliza por lienzo platos de porcelana, en Orientalis los cambia por el caftán, “un modo sencillo de estar en la vida” como describió André Leon Talley, cronista de la vida social, icono de estilo por derecho propio y gran usuario de caftanes. El efecto teatral provocado por la caída de la prenda y su capacidad de adaptación a todas las alturas y caderas han seducido a grandes nombres del mundo de la moda y del espectáculo.
Porque lejos quedan los tiempos en los que el caftán era una excentricidad propia de viajeros nostálgicos de los orígenes mesopotámicos de la prenda; su expansión por los persas y el uso que de ella hicieron los césares del imperio romano, los monjes del Bután, los sultanes otomanos y las tribus indígenas del norte de África. De hecho, Diana Vreeland, la legendaria directora de Vogue USA, dedicó una serie de artículos sobre el caftán propiciando su irrupción en el panorama de la alta costura de la década de los 60. Así, modistos como Dior, Balenciaga y Saint Laurent aceptaron el reto, y Tom Ford más recientemente, lo que provocó que estrellas del cine, desde Elisabeth Taylor a Uma Thurman, los hayan paseado por las portadas de las revistas y las alfombras rojas de Hollywood y Cannes. Y si alguna vez fue el último grito en Saint Tropez o Portofino, hoy se ha popularizado hasta convertirse en una prenda habitual de nuestros días de verano.